lunes, 31 de diciembre de 2012

La Compañía de Jesús y los Borja en pleito por la tenuta del Ducado de Gandía (1740-1755).

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Lienzo de San Francisco de Borja. Autor: Juan Manuel de Silva (1687-1751).
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Es indudable la relevancia de San Francisco de Borja (1510-1572), IV Duque de Gandía, y III General de la Compañía de Jesús, fundador del Colegio Jesuita de Gandía, el primero en recibir alumnos seglares.

San Francisco de Borja desde Roma escribe al director del colegio de Gandía, y muestra preocupación en sus cartas por la situación de soltería de su hijo Don Fernando de Borja y Castro.


Tanto sus descendientes que habitaban en Europa, como los de Indias de la rama de Don Fernando, veneraban a su Santo antepasado. Pero no solo lo honraba su familia, sino también los Jesuitas, ya que el Santo Duque consolidó con eficacia la Compañía de Jesús, reformando la regla de San Ignacio de Loyola, su fundador, y estructurando la Compañía, cuya remodelación estuvo vigente hasta el siglo XX.  

La Casa Ducal de Gandía y la Compañía de Jesús han mantenido hasta nuestros días una continuada relación. En el año 1887 los Jesuitas compraron en subasta pública el palacio ducal, casa natalicia de San Francisco de Borja.

El último Duque Borja fue: Don Luis Ignacio Francisco Juan de Borja y Fernández de Córdoba-Figueroa, (Gandía 28-7-1673/El Pardo 29-1-1740) XI Duque de Gandía, conde de Oliva, de Centelles (Cerdeña), de Mayalde y Ficalho, marqués de Llombay, de Nules, y de Quirra (Cerdeña), Principe de Esquilache (desde 1735), caballero de Montesa y clavario mayor de la Orden, comendador de Culla y Adzaneta, Gentilhombre de Cámara de Carlos II, Felipe V, y Luis I, y Mayordomo Mayor de la reina Doña Bárbara.

El 26 de abril de 1694 el Dean de la Colegiata de Gandía (que no pudo firmar el acta de matrimonio porque murió ese día) casó a Don Luis Ignacio con Doña Rosalea de Benavides y Aragón, hija del IX conde de Santisteban del Puerto y hermana del Marqués de Solera.

El matrimonio no tuvo hijos y a la muerte del Duque Luis Ignacio el 29 de enero de 1740, la herencia paso a tutelarla momentáneamente  su hermana  Mariana, Duquesa de Bé
jar.

El conde de Luna fue el primero en presentar demanda de sucesión a fecha de 12 de marzo de 1740.

Don Francisco José de Borja de la vía agnaticia, residente en Indias, compareció en los autos del pleito de sucesión el 11 de agosto de 1741, para acceder a la vacante como legítimo heredero.

Sin embargo Don Francisco José de Borja y Paz Duque de Estrada,desde su viudez, se dedicó a la carrera eclesiástica, graduándose en teología, ocupó la silla de Deán de la Catedral de Puebla de los Ángeles en México, donde murió. La demanda la continuó su hijo Don Lúcas Vicente Joaquín de Borja y Lasteros a la muerte de la Duquesa de Bejar en el año 1748.  
Ni el padre, ni el hijo nunca estuvieron en la península. 

Concedieron plenos poderes para el litigio a los padres jesuitas Tomás Nieto Polo y a José María Mauguerri, de Quito y con el empleo de procuradores generales de esa provincia, y al padre Gaspar Rodero de la misma Sagrada Religión y Compañía, Procurador General de Indias que residía en la Corte. Y así mismo a los demás Padres que en este empleo le sucediesen; a cada uno y por sí, y con igual facultad, para que lo que uno comenzaré el otro pueda proseguir que por derecho fuera necesario. 

Este poder es otorgado en Quito a 29 de agosto de 1735, y finalmente legalizado con la firma de tres escribanos en la ciudad de Quito a 3 de Octubre de 1738.

La confianza de los Borja de la Audiencia de Quito con la Compañía de Jesús fue plena, ya que no era por falta de medios, la causa que no se desplazasen personalmente a la Corte Española.Puesto que durante las acciones y alegatos del pleito, se manifiesta la abundancia de recursos materiales que poseían. Delegan sin recelo alguno, tan principal pleito a la Compañía de Jesús.
   



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